La última visita del día fue al Museo de la DDR, donde te cuentan de manera divertida e interactiva, como era la vida del Berlin Oriental los años del muro.
Me decepciono un poco porque entre otras cosas, había muchísima gente.
Y también me hizo sentir mayor.
En la zona de como eran las casas en los años 80, me encontré un ¡¡¡¡póster de los «Mother Talking»¡¡¡¡¡
Seguro que más de alguna estáis sonriendo en este momento.
⇒ Nota: si queréis visitarlo, coged entrada con antelación a través de su web porque os aseguro que la fila que había para entrar hora reservada era increíble.
Esa noche volvimos a cenar en el apartahotel.