Decalogo celíaco feliz.
Ser celíaco o tener celiaquia, lo que cada uno prefiera, no tiene que ser un obstáculo para disfrutar de la vida al máximo.
Sí, al principio puede parecer difícil adaptarse (especialmente a nivel mental) a tener que llevar una dieta sin gluten que sabes, va a ser para toda la vida.
Sin embargo con el tiempo, se aprende a manejar las diferentes situaciones a las que nos tenemos que ver enfrentados con una cierta soltura.
Por ello, hoy he decidido hacer un decálogo lleno de consejos prácticos y positivos para ser una persona celíaca feliz, disfrutar de la vida social, hacer compras con facilidad y viajar sin preocupaciones.
Decálogo para ser un celíaco feliz
- 1. Piensa en positivo desde el principio
Vale, nos han diagnosticado una enfermedad crónica y de por vida que requiere una dieta estricta sin gluten para siempre.
Está claro que hay que asumirlo y tener como yo llamo, un periodo de «duelo» y por supuesto de adaptación a la nueva vida.
Sin embargo, piensa si llevabas mucho tiempo con síntomas, que la oportunidad para volver a estar sano, sin dolores y molestias. Ser más consciente de tu salud y de lo que comes.
- 2. Lista de la compra lista y calma en el super
Está claro que las primeras visitas al supermercado tras el diagnóstico son un desafío.
Hay que aprender a leer etiquetas e identificar los productos aptos para celíacos. Y esto a veces es complejo.
Así que sobre todo al comienzo, te recomiendo llevar la lista de la compra muy clara con los productos que pueden tener gluten y que previamente hayas investigado un poquito sobre ellos.
Recuerda que hay muchos productos genéricos que no necesitan etiquetado y que todo lo fresco es libre de gluten.
- 3. Una nueva manera de cocinar (y sobre todo de hacer pan y postres)
Cocinar en casa nos da el control total sobre lo que comemos. Así que, en lugar de sentirte limitado, dale la vuelta y piensa en aprender a cocinar y sobre todo, piensa que es tu lugar seguro.
Hay miles de recetas sin gluten (esta web da buena fe de ello) y aunque el pan sea un terreno complicado (tras 14 años de vida celíaca, sigo sin cogerle el punto), conseguirlo puede ser un gran reto.
- 4. Comer fuera de casa. Un gran reto y se acabó la improvisación
Es cierto que comer fuera de casa es un reto complicado, pero no es imposible.
A día de hoy, al menos en nuestro país, muchos restaurantes, cafés y bares están cada vez más concienciados con la celiaquía, y ofrecen menús sin gluten o platos adaptados.
Sin embargo, ya sabemos que aunque a veces ponga «sin gluten», no quiere decir que sea apto para celíacos debido a la contaminación cruzada.
Así que antes de ir llama, pregunta todo lo que creas necesario y asegurate de que hacen bien las cosas.
Y si es así, ¡¡disfruta¡¡
- 5. Rodéate de quien te entiende
Puede parecer una perogrullada, pero rodearte de personas (familia y amigos) que te entienden y empatizan contigo, es fundamental para que tu vida como persona celíaca, sea mucho más sencilla y bonita.
Posiblemente al principio ellos no sepan nada de cómo la celiaquía cambia tu vida (ojo: tú tampoco lo sabías), así que te va a tocar hablar con tu entorno acerca de qué es y que supone.
No dudes en hacer pedagogía con tu entorno: háblales sobre la enfermedad, qué alimentos son seguros; la temida contaminación cruzada y hasta cómo te sientes respecto a todo ello.
Quienes te rodean, deberán cuidarte y comprenderte como tú lo harías con ellos.
- 6. El kit de supervivencia celíaco
Afortunadamente como decía antes, cada vez tenemos más opciones sin gluten en supermercados, restaurantes…
Sin embargo si cuando sales de casa no estas 100% seguro de que allí donde vayas vas a encontrar algo apto, siempre es útil llevar contigo algo para picar, como galletas, barras de cereales o frutos secos.
De este modo, si te surge un plan inesperado o te encuentras en un lugar donde no hay opciones sin gluten, tendrás algo seguro que comer.
√ En este post os cuento cómo es mi kit celíaco completo cuando salgo de viaje fuera de España.
- 7. Viaja sin miedo
Soy una empedernida viajera. Esta web es prueba fehaciente de ello.
Y no siempre ha sido fácil. Y nos hemos contaminado alguna vez por el camino a pesar de llevar todo súper preparado.
Pero jamas dejaré de ir a ningún lado por llevar la celiaquía en mi mochila.
Planificación, planificación y planificación. Esa es la clave (aquí tenéis un montón de súper guías de viaje).
- 8. No te compares con el resto
Cada persona celíaca tiene su propio camino y sus ritmos. Y todo está bien.
Mientras que algunos pueden encontrar la transición a una dieta (y vida) sin gluten fácil, para otros puede ser todo un desafío.
Los miedos son siempre válidos y lo más importante es que sigas tu propio ritmo y te des tiempo para adaptarte.
No te compares con las experiencias de otros; en lugar de eso, celebra tus logros, aunque sean pequeños.
- 9. Habla de la celiaquía allí por donde vayas
Si algo de bueno me ha traído la celiaquía, es una oportunidad para compartir mis experiencias y poder ayudar a los demás a entender lo que significa vivir o ser celíaca.
Pero esto no se puede hacer sólo a través de una web como esta o las redes sociales.
Hablar en cualquier entorno sobre celiaquía puede ayudar a otras personas a llevar su diagnóstico de manera positiva.
- 10. La felicidad está en todo lo que podemos hacer, no en lo que no podemos.
Porque ser celíacos nos condiciona, pero no nos define.
No podemos quedarnos en lo que no podemos hacer por no poder comer.
Creo firmemente que las personas celíacas somos fuertes, valientes, resilientes.
Sabemos lo es frustrarse en un restaurante viendo como todos comen un postre estupendo y tú, un trozo de piña.
Pero ¿sabes algo? tú estas en ese restaurante con tu gente y disfrutando de un rato maravilloso.
Así que siempre enfócate en lo positivo. Porque al final, la felicidad está en lo que podemos hacer. ¡¡¡Y las personas celíacas, podemos hacer mucho¡¡¡
Con cariño,
Helena




