– Lo primero que vamos a hacer es tostar el sésamo.
Para ello ponemos un poquito de aceite en una sartén y cundo este caliente, echamos el sésamo y lo tostamos unos 5 minutos a fuego bajo, dandole vueltas de vez en cuando (el aroma que desprende es impresionante).
– Una vez tostado, lo vertemos en un procesador de alimentos o una batidora con mucha potencia, echamos un poquito de aceite y batimos enérgicamente hasta que obtengamos una crema con la textura que más nos guste.
– Obtenida la crema, la pasamos a un tarro de cristal y conservamos en el frigorífico.