Estando como estamos casi casi a finales del verano, la receta de hoy no podía ser otra que una tarta de queso y moras silvestres.
Y ¿porqué moras silvestres? básicamente porque las de ese receta las recogimos nosotros.
Una de las cosas chulas que tienen las tardes de verano, sobre todo a finales de agosto y septiembre, es poder ir a recoger moras.
Si bien es cierto que la posibilidad de volver con brazos y manos llenos de arañazos es alta; e incluso con algún picotazo de avispa. Pero recoger moras es siempre de lo más divertido.
Así que a ello dedicamos mas de un rato en las calurosas tardes de este pasado mes de agosto.
Y claro, además de comernos las moras a puñados (literal), recogimos tantas que una de las cosas que tenía que hacer era ponerlas en, como os decía antes, uno de mis postres preferidos: las tartas de queso.
Así que vamos allá con la receta.