8 de Marzo. Hoy esta entrada tiene, debe ser diferente.
Soy FEMINISTA. Sin duda. Por el hecho de ser mujer.
Por el hecho de que el FEMINISMO es que hombres y mujeres tenemos los mismos derechos y obligaciones en la sociedad.
A partir de ahí, que cada uno y cada una haga sus propias variaciones del significado y ahonde en él lo que quiera. Pero esa es la definición de la RAE para feminismo.
Y por ello (y por muchas cosas más) soy una declarada feminista.
Las mujeres somos la mitad de la humanidad. Pero curiosamente, para muchos no existimos.
O peor: somos aquello que se puede usar, destrozar, machacar sin pudor alguno. De mil maneras. De mil formas.
Voy a hablar de nuestro entorno. De nuestro país. Porque si esto lo hago extensivo a otras zonas del mundo, la cosa ya es para echar a correr y no parar.
En España, un alto porcentaje de nosotras ha sufrido acoso de algún tipo en un momento de nuestra vida.
Y por supuesto, sin llegar al acoso puro y duro, mantenido en el tiempo, creo decir sin equivocarme que TODAS nos hemos sentido agredidas verbal o físicamente en algún momento puntual de nuestra vida.
¿A quién no le han tocado por ejemplo, el culo en un bar?
Y ¿quien no ha sentido miedo al ir sóla por la calle a las 2 de la madrugada volviendo a su casa?.
Muchas hemos sufrido violencia de género.
Yo soy una de ellas. Pero esa es otra historia.
Yo soy una de ellas. Pero esa es otra historia.
Sufrimos a diario los micromachismos.
Comentarios «aparentemente sin importancia» pero que van calando en nuestra mente.
Comentarios «aparentemente sin importancia» pero que van calando en nuestra mente.
Y creo que son especialmente peligrosos en nuestros hijos e hijas, que asumen estos mensajes con toda la naturalidad del mundo.
Terror me da pensar en muchas de las letras «regetoneras» que tan de moda están ahora.
Muchas hemos sufrido la brecha salarial.
Y no, no está solo relacionado con el hecho de tener hijos. Porque a mi me pasó cuando comenzaba a trabajar nada más licenciarme. Con 0 experiencia. Pero mis compañeros de carrera con la misma 0 experiencia que yo, ganaban más.
Y no, no está solo relacionado con el hecho de tener hijos. Porque a mi me pasó cuando comenzaba a trabajar nada más licenciarme. Con 0 experiencia. Pero mis compañeros de carrera con la misma 0 experiencia que yo, ganaban más.
Nuestras carreras se paralizan cuando tenemos hijos. Cuando nos convertimos en madres.
Está demostrado que la mayoría de las mujeres sufren un parón en sus carreras profesionales cuando son madres.
Está demostrado que la mayoría de las mujeres sufren un parón en sus carreras profesionales cuando son madres.
Porque somos nosotras quienes nos dedicamos mayoritariamente a criar y cuidar a nuestros hijos. Y cuando nos re-incorporamos, estamos «fuera del mercado».
Pero curiosamente, si decidimos parar voluntariamente a criar y cuidar a nuestros hijos; quedarnos en casa con ellos, se nos critica porque entonces «somos antiguas».
Somos quienes mayoritariamente cuidamos a nuestros familiares enfermos o mayores.
Somos quienes llevamos de forma mayoritaria, el peso de la casa.
Porque además de trabajar fuera de ella y como he dicho antes, en general, cobrar menos por ello, luego tenemos que gestionar a los hijos y la mayor parte de las tareas del hogar.
Se nos critica por como vestimos. Porque pasamos de ser «mojigatas» a «putas» en 0,2 segundos.
Y no, todo esto no es demagogia. Es la pura realidad.

Me parece inadmisible que desde algunas posiciones ideológicas no se adhieran a este día alegando cuestiones que van a reivindicaciones puntuales, con las que yo igual tampoco estoy de acuerdo.
Pero como comenzaba este post, este día va de FEMINISMO. De reivindicar la igualdad entre hombres y mujeres. Y en esto, todos deberíamos estar de acuerdo. Y tristemente, no lo veo nada claro.
¿Que pasaría si durante 24 horas, todas las mujeres de este país nos parásemos?
¿Que pasaría si no hiciésemos nada de lo que diariamente hacemos?
Igual, solo igual, mucha gente nos tomaría más en serio.Porque como versa el lema de este año:
«si paramos nosotras, se para el mundo«
Por las mujeres de la historia que han luchado por otras mujeres.
Por mis abuelas. Por ellas, tan diferentes pero tan luchadoras cada una a su manera.
Por mi madre, una crack.
Por mi hermana y mi sobrina. Mi «guerrera princesa».
Por mis amigas.
Por mis conocidas.
Por las amigas de mis hijos.
Por mis futuras nietas.
Por las mujeres.
Por TODAS LAS MUJERES.
Y por todos los hombres que nos acompañan, ayudan y quieren. Que afortunadamente, son muchos
Helena