Pavlova.
De origen incierto, porque se lo disputan Nueva Zelanda y Australia, cuenta la leyenda que uno de estos dos países hizo por primera vez este postre en honor a la bailarina rusa Anna Pavlova.
En realidad, es un merengue francés crujiente por fuera y super cremoso por dentro.
Como buen merengue, es un postre dulce, muy dulce. Así que el truco es combinarlo con frutas con un toque ácido para contrarrestar los sabores.
Sea como sea, están buenísimos y además, estéticamente es un postre precioso.
Así que sin más dilación, vamos allá con la receta de la Pavlova.