Como os mencionaba antes, comimos en el pueblo de Arguedas, puerta de entrada de las Bardenas, en un bar que precisamente lleva su nombre:
→ Restaurante “Bardenas Reales”
Previamente a ir yo les había llamado y me habían dicho que me adaptaban varios platos.
Tienen un menú por 16€ y cuando les recordé que era celíaca, al momento me dijeron que era lo que podía y no comer.
También me comentaron que había varios platos tenían duda porque aunque no tenía gluten, en la elaboración podía haber “contaminación cruzada”.
Para mí, oír esas palabras fue “magia”.
Al final me decante por unos espárragos frescos y una sepia a la plancha.
La verdad es que tras el super almuerzo que nos pegamos en la excursión, no tenía demasiado hambre.
A mi celiaquín le había llevado por si las moscas un tuper con arroz pero le hicieron un plato combinado con arroz con tomate, lomo a la plancha y patatas fritas hechas para él.
De postre ambos arroz con leche casero.
Hola! Qué paisaje tan bonito! Nos pilla un poco lejos pero si algún día vamos al norte es digno de ver. Como biien dices, muchas veces tenemos maravillas cerca y no nos damos cuenta. Besis