Os dire que me costó decidirme entre toda la carta.
Y bien sabemos los celiacos que eso es un lujo porque generalmente nuestros platos están muy limitados.
Al final opté por un tartar de aguacate y mango y un plato de salmón de Alaska con salsa teriyaki, edame y arroz negro salvaje.
Os aseguro que ambos platos estaban espectaculares.
Tienen además un buen surtido de postres y de batidos healthy, pero mi cuerpo no daba para más.