Tengo que reconocer que nunca he sido demasiado de chuches. Ni cuando era pequeña.
No os voy a decir que no me gusten pero nunca he sido de esas personas que entraban en una tienda de dulces y se llenaban la bolsa hasta los topes.
Para mis hijos en cambio son su perdición, especialmente al mayor. Y aunque él no es celiaco, sino el pequeño, en casa sólo entran chuches sin gluten.
Y os cuento todo esto porque hace poco descubrí uno de los paraísos para mis niños: la nueva tienda de
Fini Golosinas en Pamplona.
Ubicada en la parte vieja de la ciudad, muy cerquita de la plaza del ayuntamiento, la tienda es una preciosidad.
Decorada como si fuese una fábrica de caramelos, el día que fui a hacerle las fotos además estaba «tematizada» de Halloween.
Pero además en sus tiendas, si queremos alguna de las chuches que están expuestas (y marcadas sin gluten) les decimos y nos abren una bolsa expresamente para nosotros, para evitar la contaminación cruzada.
Me encantó que la chica que me atendió sabía de lo que hablaba y controlaba perfectamente.
Que no has sido de chuches???? Madre mía, yo he sido de cogerme auténticos empachos!! No veas cómo echo eso de menos también. Esa tienda sería mi paraíso…o mi perdición! Jajajajaja. Se supone que tampoco puedo comer gominolas porque llevan gelatina y la gelatina la sacan del cerdo. Pero bueno, algún día una gominola suelta he comido para quitar el mono y no me ha pasado nada 🙂
Me parece genial que marquen los alérgenos y haya para todo el mundo.
Muás
Ni Blanco ni en Botella