La contaminación cruzada en general es la contaminación de un alimento por haber estado en contacto con otro que lleva o bien bacterias o agentes patógenos.
En nuestro caso, por contacto de alguna manera con gluten.
Dicha contaminación se puede producir por haber estado en contacto directo (una miga de pan que cae en un plato) o por contacto de un utensilio o superficie que previamente ha tocado un alimento y luego otro (contaminación indirecta).
En ambos casos, cualquier plato destinado a los celíacos, ya no sería apto debido a que contiene gluten por “contaminación cruzada”.
Otra manera de tener contaminación cruzada es en el momento de envasar los productos, debido a que aunque muchos no contengan gluten por naturaleza, comparten “cadena” con otros que sí pueden contener gluten.
De ahí que tengamos que mirar todas las etiquetas y la falta de declaración obligatoria de trazas, nos ponga las cosas muy difíciles en muchas ocasiones.