Por un poco, si pasa

Por un poco de gluten, sí pasa
Por un poco sí pasa.
 
Hoy pensaba escribir una entrada diferente. Pero distintas cosas que han pasado últimamente, me han hecho cambiar de idea.
 
Soy celíaca. O tengo celiaquía, como cada uno prefiera. Me es indiferente.
 
Mi hijo pequeño también. El mayor es genéticamente portador. Veremos si a lo largo de su vida desarrolla la enfermedad. O no. Quien sabe.
 

Desde el momento 0 del diagnóstico, tuve claro que mi vida iba a cambiar.

Y que NUNCA, jamás de los jamases, podría volver a tomar nada que llevase gluten.

Y también tuve claro que una sola miga, una, podía afectar a mi intestino. Una sola traza, haría que los anticuerpos volviesen a «atacarme».

 
 
No soy especialmente sintomática.
 
Cuando me he contaminado, porque soy consciente de que nos contaminamos por mucho cuidado que pongamos, sobre todo cuando salimos a comer fuera, se me hincha la tripa. Me lleno de aires.
 
Y por la noche estoy como si me hubiese comido 3 o 4 vacas, o bueyes, o bisontes. Además, un cansancio extremo se apodera de mi. Con bastante seguridad, al día siguiente, me dolerá la cabeza.
 
A mi hijo le ha tocado peor parte, porque se pone malo malísimo en cosa de nada.
 
Creo que hemos tenido suerte: teniendo manifestaciones externas de la contaminación, somos conscientes de que algo no ha ido bien.
 
Pero ese no es el problema. El problema es que tengamos o no síntomas mas o menos evidentes, cualquier ingesta de gluten daña nuestro intestino. SIEMPRE.
 

4 años después del diagnóstico, hay gente que sigue sin entenderlo.

Vamos a hacer una encuesta. ¿Habéis escuchado alguna vez frases del siguiente tipo?
– «chica Helena, que exagerada eres»
– «estás amargando al chiquillo»
– «yo no soy tan cuidadosa como tú y las analíticas me salen bien»
– «aunque no pone nada de trazas de gluten, yo tomo esto o lo otro y no noto nada».
 
¿Os suenan todas, verdad?
 

Pues bien, como decía antes, cualquier pequeña traza hace que nuestro intestino se altere; que se «despierte» de ese letargo que el no comer gluten le produce y que es precisamente, lo que nos hace estar sanos.

Así que si no notas nada, si nunca te pones externamente malo, estupendo. Pero señoras y señores:

 

«Por un poco, sí pasa»

la dieta sin gluten

Esto de ser celiacos, no es fácil.

Necesitamos de un entorno que nos comprenda y nos apoye.

Que no nos juzgue cuando vamos a un restaurante y preguntamos hasta la saciedad cómo han hecho nuestra comida.

Que en los supermercados «perdamos el tiempo»   leyendo las etiquetas de todo lo que cae en nuestras manos porque no vemos claramente la posibilidad de encontrar trazas.

Que entiendan que a la hora de viajar, tengamos que ir a un apartamento en vez a un hotel porque de lo contrario, corremos el riesgo de no comer.

Y que la improvisación con nosotros, es complicada.

Pero sea en casa, o fuera de ella; recordad que con síntomas o sin ellos, si de verdad queréis estar sanos como una manzana, NUNCA OS SALTEIS LA DIETA SIN GLTUEN.

Es nuestra salud. Es vuestra salud.

 
Helena

3 Comments

  1. araceli

    Que bien explicado, a ver si de verdad la gente se entera . Muchas gracias

  2. Judith Rodriguez Guadalix

    buenas días, acabo de caer en tu blog por la busqueda de restaurantes en Benidorm y ya me he puesto a leer, … madre mia que complicado es todo y que razon tienes, soy mamá de dos niños los dos celiacos, geneticamente por mi marido que lo es desde que nacio también. lo del cucurucho sin gluten me ha flipado ire sin duda en busca de ese helado para mis pekeños…
    he de reconocer que fui la primera en decir, bueno no pone nada de sin gluten pero tampoco pone que lleva, se lo voy a dar, cual fue mi sorpresa que despues de un año a dieta ( mi hija tiene dos y desde que probó los cereales es celiaca ), pues la análitica se dispara … asi que efectivamente ni olerlo pueden.
    de lo contrario mi marido ya mayor y toda la vida con la dieta se pasa cuando kiere, y las análiticas le dan perfectas, no se creo que hay tanto por descubrir en ésta enfermedad…

    1. Helena Oses Ursua

      Buenos días Judith.
      Pues efectivamente, cuando nos diagnostican de celiaquía como dices, no podemos ni olerlo. De hecho saltarnos la dieta es peligrosísimo porque aunque no tengamos síntomas externos, el daño al intestino se va acumulando las posibilidades de enfermar y contraer otras enfermedades serias son muy altas. Así que nada de saltarse la dieta y a mirar todas todas las etiquetas. Y en caso de duda, no comer.
      Un besote
      Helena

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